Legalismo es un veneno en nuestras filas cristianas. Un ejemplo de legalismo es cuando vamos en un viaje de la iglesia y hay un accidente. Lo primero que dicen es "uy es que no oramaos antes de salir..." Y todos quedan en silencio de culpabilidad.
¿Acaso Dios esta esperando la oportunidad para poder bajar su inmenso martillo sobre ti?
El que no es legalista dice: "Gracias a la gracia de Dios, nadie resulto muerto! Que bueno es Dios!".
Despierta cristianismo!
viernes, julio 15, 2005
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